Fernando de Rojas no imaginó amores redivivos tan felinos: Melibea acude a la llamada gatuna y, ante escalada tan temeraria, se asoma al ventanuco. No sabe si apartarse y permitir la entrada a la alcoba a tan atrevido amante o darle a Calisto un merecido empujón por su osadía. Mas siete vidas tiene el gato.
Foto: del muro de Facebook de Ángel de Castro.
Texto: inspirado asimismo en el relato de Ángel de Castro que acompaña a la foto.
Texto: inspirado asimismo en el relato de Ángel de Castro que acompaña a la foto.
0 comentarios:
Publicar un comentario